El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación excesiva de grasa. A medida que aumenta el peso, también aumentan los riesgos de diferentes tipos de afecciones que pueden ser perjudiciales para la salud.
Para ello, se tiene en cuenta el índice de masa corporal (IMC), este indicador se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su estatura en metros (kg/m2).
Qué es la obesidad
La obesidad es un estado en el que la persona tiene una cantidad o distribución malsana de grasa en el cuerpo.
Como hemos comentado antes, para medir la obesidad, se utiliza como medida el índice de masa corporal (IMC). El índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos, por el cuadrado de la estatura en metros. Esta medida, el IMC es un indicador confiable del sobrepeso, y se usa para identificar las categorías de peso que pueden llevar a problemas de salud.
Otras de las medidas que más se utilizan para medir la obesidad es la distribución de la grasa corporal, es decir, la cantidad de grasa acumulada alrededor de las caderas o del abdomen. Estas medidas incluyen la circunferencia de la cintura y la proporción de cintura a cadera.
Causa fundamental de obesidad
La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. En la actualidad, debido a nuestro ritmo de vida, la globalización, la cultura y la sociedad, ha sucedido dos puntos importantes que nos afectan a todas las personas a nivel mundial:
- Un descenso en la actividad física. Por nuestro tipo de trabajo desarrollado principalmente en oficina, nuevos modos de transporte y la creciente urbanización ha surgido una naturaleza del ser humano más sedentaria.
- Un creciente aumento de la ingesta de alimentos de alto contenido calórico y grasas.
A menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud.
A quién puede afectar la obesidad
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 52,7% de la población española a partir de 18 años está por encima de su normopeso. Este problema de sobrepeso se da en mayor medida en hombres (60,7%), que en mujeres (44,7%).
De hecho, varias investigaciones apuntan a que en las últimas cuatro décadas, el número de hombres con obeso se ha triplicado, mientras que el número de mujeres obesas se ha duplicado.
El sobrepeso y la obesidad pueden afectar a personas de cualquier edad, sexo y grupo racial o étnico.
De hecho, la obesidad y el sobrepeso es una de las principales causas de muerte. Casi tres millones de personas fallecen como resultado de tener sobrepeso y obesidad, siendo esta la quinta causa de muerte en todo el mundo.
Qué hacer si tengo obesidad
El objetivo clave para evitar la obesidad es alcanzar un peso saludable, y mantenerlo. Si conseguimos tener un peso saludable acorde a nuestro cuerpo y estilo de vida, mejoraremos el estado de nuestra salud en general, y reduciremos el riesgo de desarrollar complicaciones relacionadas con el peso y la obesidad.
Para ello no es necesario estar a dieta de por vida. Lo ideal es que desarrollemos e instalemos hábitos saludables en nuestro día a día y en nuestro estilo de vida; y romper con el pensamiento de “estar a dieta” cuando realmente lo que hacemos es comer sano.
Si tienes dudas de cómo empezar, te recomendamos que empieces acompañado de un profesional de la nutrición. Esta profesional te podrá guiar durante todo el proceso, y te enseñará a cómo comer de forma saludable.
Qué enfermedades puede producir la obesidad
Como hemos comentado antes, en la actualidad uno de los problemas más comunes asociados al estilo de vida sedentario, es el exceso de peso. Este se convierte en uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades que se acaban cronificado y acompañado a la persona durante toda su vida, como pueden ser la diabetes, enfermedades respiratorias, hipertensión, algunos tipos de cáncer e incluso muerte prematura.
Diabetes
La diabetes es una enfermedad que provoca elevados niveles de azúcar en sangre (glucemia) debido a:
- O bien a la falta de producción de insulina en el páncreas, lo que se denomina como diabetes tipo 1.
- O bien a la resistencia periférica a la acción de la insulina debido al sobrepeso, que es conocida coloquialmente como la diabetes tipo 2.
Esta enfermedad a su vez es una causa frecuente de muerte prematura, enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular o ceguera. De hecho, un dato sorprendente, es que el 90% de las personas diabéticas son del tipo 2.
Hipertensión
La obesidad contribuye a la hipertensión por mecanismo tales como: resistencia insulínica e hiperinsulinemia, aumento de la actividad adrenérgica y de las concentraciones de aldosterona, retención de sodio y agua e incremento de lo que conocemos como el gasto cardiaco.
Esto produce que una persona que sufre obesidad tenga una mayor probabilidad de sufrir hipertensión arterial que aquellas personas dentro de un peso normal.
Problemas cardiovasculares
La enfermedad cardiaca surge en un primer momento debido a la formación de las ”placas de ateroma”, que son acumulaciones de materia grasa adherida sobre la cara interna de las arterias coronarias, que son por donde pasan los nutrientes y oxígeno al corazón. Estas condiciones producen un aumento de la posibilidad de sufrir una falta de oxígeno, pudiendo llegar a producir una insuficiencia cardiaca.
Además, otra afirmación clara es que cuando la masa corporal aumenta, aumenta también el esfuerzo cardiaco necesario para atender las necesidades del organismo, lo que empeora la insuficiencia cardiaca.
Apnea del sueño
La apnea del sueño es un trastorno relativamente común en el que las personas experimentan dificultad para respirar mientras duermen. Las personas con sobrepeso presentan un tejido adicional en la parte posterior de la garganta, el cual a su vez se acumula favoreciendo considerablemente el colapso de la vía aérea. De hecho, la apnea ocasiona un estrés metabólico con alteración de ciertas moléculas que ocasionan un aumento del apetito, y eso se acaba convirtiendo en un círculo vicioso ya que la obesidad genera mayor apnea, y la apnea no facilita la reducción de peso.
¿Cómo evitar la obesidad?
Como hemos comentado antes, la clave es tener un estilo de vida saludable, con hábitos alimenticios sanos, y olvidarnos del concepto “dieta de por vida”. Podemos comer de forma responsable sin pasar hambre. Si no sabes cómo empezar a instalar hábitos saludables en tu día a día, te recomendamos que al inicio del proceso te guíe y supervise un profesional de la nutrición; no obstante, te dejamos algunas recomendaciones:
Recurrir al aumento de los alimentos de origen vegetal y la fibra soluble, como pueden ser las frutas, verduras o legumbres, ya que estos ayudan a disminuir el colesterol.
Tener en cuenta que el aporte de calcio, vitamina D y K, y magnesio sea suficiente, con el fin de mejorar la salud ósea. Esto puede mejorarse aumentando el consumo de lácteos no enteros, pescados azules, verduras de hojas verdes o alimentos enriquecidos.
No nos podemos olvidar de las proteínas. En este sentido es recomendable tener un consumo correcto de proteínas, y si es a través de la proteína vegetal, mejor. Esto no significa que la proteína animal sea menos buena, si no que las carnes pueden contener más grasas.
Reducir o moderar el consumo de alimentos grasos, sobre todo las grasas saturadas, y aumentar el consumo de grasas poliinsaturadas, como puede ser el famosísimo omega 3, un nutriente clave para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Estos son algunos de los consejos que nos aportan los expertos de la nutrición, pero si decides cambiar de hábitos, es recomendable que lo hagas acompañado de un especialista que se adapte a tu perfil y a tu progreso en cada momento.
Actividad física para evitar la obesidad
Si bien hemos comentado lo importante que es la nutrición para evitar la obesidad, el otro gran protagonista es la actividad física.
En un primer momento basta con centrarse en el llamado ejercicio aeróbico, que es aquel que hace que el organismo tenga que usar más oxígeno. Para que la prescripción de la actividad física se realice de manera coherente y eficaz, deben tenerse en cuenta una serie de recomendaciones específicas para que se adapte para cada tipo de persona. Estas especificaciones son:
- Tipo de actividad.
- Duración.
- Intensidad.
- Progresión.
Los beneficios de la realización de actividad física en personas con obesidad y sobrepeso serían, entre otros:
- Mejora del perfil lipídico.
- Sensibilidad a la insulina y la presión arterial.
- Prevención de enfermedades cardiovasculares.
- El mantenimiento de la densidad ósea.
- La reducción del depósito de masa abdominal.
- Aumento de la capacidad respiratoria.
Conforme se van mejorando las capacidades físicas, se puede incrementar de manera progresiva la actividad física diaria hasta modificar estos hábitos en la forma de vida a largo plazo, e incorporarlos de manera permanente.
El sedentarismo no solo se combate con realizar deporte, si no que es fundamental hacer cambios en tu vida diaria para mantenernos en movimiento, como por ejemplo ir andando al trabajo o al centro educativo, subir escaleras en vez de coger el ascensor, e infinidad de cambios diarios que te irán proporcionando mejor estado físico.
Electroestimulación para combatir la obesidad
La electroestimulación es un aliado clave para combatir la obesidad en los entrenamientos, en especial lo que llamamos electrofitness.
“Un entrenamiento con EMS es una herramienta ideal para fortalecer la musculatura, y favorecer la pérdida de peso”.
Mediante el traje de electroestimulación Wiemspro, enviamos unos impulsos eléctricos a los grupos musculares más grandes, y esta “descarga eléctrica” penetra en las fibras musculares más profundas creando una potente contracción muscular. Cuanto más trabajamos los músculos, más favorecemos la aceleración del metabolismo, lo que convierte un entrenamiento con EMS es una herramienta ideal para fortalecer la musculatura, y favorecer la pérdida de peso.
En especial reduce la grasa, y esto se debe a que la tecnología EMS promueve un alto nivel de actividad metabólica durante la sesión de entrenamiento, y hasta 72 horas después. Al poseer un alto nivel metabólico favorecerá considerablemente en la quema de grasa y construirá masa muscular. De hecho, esta tecnología puede acceder mucho más fácil a las zonas más comunes, como la cintura, las caderas o los muslos reduciéndose considerablemente y ayudando a adelgazar y combatir la obesidad.
Conclusión
Como conclusión para poder combatir la obesidad, es fundamental cambiar de hábitos y re educarnos. Esto significa que para tener una vida sana tenemos que empezar a cuidar nuestra alimentación, empezar a realizar actividad física al menos 2 días a la semana y ser más activos en nuestro día a día.
Si a esto le añadimos los entrenamientos de electroestimulación, podremos tener resultados visibles más rápidamente.
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