Cómo colocar electrodos de un chaleco de electroestimulación
La electroestimulación o EMS es una técnica eficaz y muy versátil, tanto en el ámbito de la actividad física como en el de la estética. Consiste en aplicar impulsos eléctricos sobre determinadas zonas de tu cuerpo. De ese modo, se generan contracciones musculares y, en consecuencia, un efecto similar a la ejercitación de los músculos.
Este entrenamiento con electroestimulación se lleva a cabo por medio de electrodos, los cuales se colocan sobre el cuerpo.
Las versiones más avanzadas, como las nuestras, incorporan un traje de electroestimulación o biotraje wireless.


¿Qué es un electrodo?
Estos componentes del equipo son los encargados de aprovechar la corriente eléctrica para producir los impulsos capaces de contraer los músculos de tu cuerpo.
Son, por lo tanto, elementos fundamentales en la aplicación de la estimulación eléctrica muscular. Si no se encuentran en perfecto estado, o están mal colocados, el resultado obtenido no será el que buscas.
Es fundamental, por ello, que dediques el tiempo suficiente a mantenerlos bien y reemplazarlos en cuanto su vida útil flaquee. Si desarrollas un entrenamiento de electrofitness determinado, idóneo para ti, pero los electrodos no están bien colocados, de nada servirán las indicaciones enviadas desde el electroestimulador. Por lo tanto, debes asegurar que los electrodos estén bien húmedos con ayuda de un pulverizador, y que se encuentren estratégicamente colocados sobre los músculos que deseas trabajar con electroestimulación.
La máquina de EMS opera desde el electroestimulador, el componente encargado de emitir las descargas eléctricas adecuadas, en el orden y hacia los lugares idóneos. Podemos utilizarlo, por ejemplo, para tonificar las piernas u otras partes del cuerpo, para combatir la flacidez de los brazos, para definir los glúteos, potenciar los cuádriceps o modelar y trabajar la zona músculo-abdominal. Estos elementos son, por tanto, “los tentáculos” que se utilizan para aplicar esos estímulos eléctricos de la manera correcta.
¿Para qué sirven los electrodos?
Los beneficios del uso de electrodos en la ejercitación física han quedado absolutamente comprobados. Los impulsos eléctricos se están empleando como complemento a la ejercitación en todo tipo de actividades deportivas: desde el fútbol al fitness, pasando por el ciclismo, el tenis o el atletismo , entre otros muchos ejemplos.
La labor funcional que tienen es aplicar, físicamente, esas descargas eléctricas en la zona más apropiada. Por eso son tan importantes para que puedas aprovechar plenamente las técnicas de EMS.
En un ámbito general, el trabajo con electrodos nos sirve para:

Optimizar la capilarización. El riego linfático y la circulación sanguínea aumentan.

Mejorar tu resistencia
y tu fuerza.

Activar mucho más tu musculatura y contraer las fibras en mayor medida.

Dinamizar fibras inaccesibles para el trabajo voluntario.

Acelerar la recuperación tras las sesiones activas.

Permitir trabajar con más intensidad y en menos tiempo.

Favorecer la recuperación y la prevención de ciertas lesiones.

Ayudar a perder peso y combatir la celulitis.
¿Cómo colocar los electrodos?
Resulta fundamental situar correctamente estos elementos en las zonas concretas que quieras tratar. Si los músculos implicados no se activan correctamente, el resultado final de tu EMS no será el mejor. Contar con un traje de electroestimulación facilita esta labor, porque no queda a discreción del usuario o de su preparador.
Es importante que antes de colocarte el chaleco de electroestimulación, se humedezca correctamente los parches donde se sitúan los electrodos con ayuda de un pulverizador. De esta manera, aseguraremos el correcto funcionamiento de los electrodos, y transmisión de los impulsos a nuestros músculos.


Por último, una cuestión de capital importancia es dónde colocar cada electrodo. Asegúrate cuando te coloques el traje EMS que los electrodos se adaptan perfectamente a tu cuerpo, y que ocupan las zona “caliente” o clave de los músculos que deseas trabajar.
En este sentido, recuerda leer con atención el manual de instrucciones de cada equipo. Si te asesora un preparador o un especialista, tendrás la convicción de estar haciéndolo correctamente en todo momento. ¡Te evitarás problemas!

En glúteos
La EMS te ayuda a tonificar tus glúteos, aporta volumen y reduce la flacidez, así como la celulitis. En definitiva, acabarás teniéndolos más duros y elevados.

En brazos
Si quieres trabajar el deltoides y el trapecio, los hombros o los músculos del brazo y el antebrazo, lo mejor es ubicar ambos electrodos a poca distancia, cerca del epicentro de elongación de las correspondientes fibras musculares.

En piernas
Considera que, por lo general, son los músculos más largos del cuerpo. Tienes dos opciones alternativas, tanto para el bíceps del muslo como el recto y el medial, o el medial y el lateral. La primera es ubicarlos a 5 centímetros. Sin embargo, la terapia será más efectiva si decides trabajar el músculo completo: en tal caso, sitúalos donde comienzan a expandirse y a una distancia mayor.

En abdomen
En esta zona, los músculos ocupan un gran volumen. Por eso, puedes decidir alejar o separar la ubicación de los electrodos en función del elemento o los elementos concretos que desees activar. Si electroestimulas la zona central del abdomen, empezarán a aparecer los denominados paquetes de seis secciones de musculatura —la popularmente llamada tableta de chocolate, vamos—. ¿Quieres trabajarlos en profundidad? Sitúalos a menos de 10 o 5 centímetros y conseguirás una estimulación profunda en los tejidos abdominales. De este modo, de forma progresiva, la grasa se irá quemando. Ahora bien, si el uso de esta electroestimulación abdominal persigue aliviar dolores o contracturas, es mejor que los sitúes de un modo más lateral, alejándolos del centro.

En abdomen femenino
Si quieres estimular tu recto abdominal, lo habitual es contar con dos pares de electrodos a cada lado. El primero lo debes emplazar por encima del ombligo, justo debajo de las últimas costillas. El segundo, por debajo del ombligo, al nivel de las crestas ilíacas. Existen otras posibilidades, aunque siempre tienes que considerar la fisiología muscular y respetar el sentido de las fibras. En cualquiera de los casos explicados, cuanto mayor sea el número de electrodos aplicados, más intensidad, potencia y rapidez conseguirás en el proceso, lo que se notará en los resultados obtenidos.
Conclusiones
Solo si usamos, colocamos y mantenemos correctamente nuestros equipos de EMS, estos funcionarán correctamente durante mucho tiempo. Es importante que tengas claro cómo hacerlo y poner el máximo cuidado en ello. En función de la zona de aplicación, y de los objetivos de la sesión, deberás hacerlo de diferentes maneras.